CAPITULO 3, LA CIEGA, O… EL CIEGO EN SU CITA.

22.06.2020 00:00

CAPITULO 3

LA CIEGA, O… EL CIEGO EN SU CITA.

 

 

Llego el día.

Alguna hora por la mañana.

Mi cuarto aun esta oscuro y fresco, la gruesas persianas detiene los rayos del sol - ¡Maldición! – susurro con un hilo de voz - ligeras punzadas atraviesan mi cabeza, parpadeo  – ¿Qué horas es? – volteo a los lados buscando mi celular  – ¿Donde esta? – muevo la sabana, debajo de la cama – ¡Aquí estas! las 10:30 am. ¡Con un demonio! – siseo, intento levantarme de prisa tirando de las sabanas, de un brinco tomo mi ropa y zapatos – Ya voy muy tarde al trabajo – murmuro cuando caigo en cuenta ante mi reflejo sobre el tocador – hoy es sábado – susurro. Mi cabeza duele más que antes. Estoy tan feliz que sea fin de semana, a menos que salga una emergencia volvería al trabajo, hasta entonces soy libre. Suelto mi ropa y zapatos en el suelo, me recuesto de nuevo - Te afecto el vino Zoé – siseo - abrazo la suavidad de mi almohada y tomo un respiro profundo.

Mi cama es deliciosa, me hundo más entre las sabana y almohadas.

Morfeo aun me espera del otro lado.

Ring, ring

Genial, - Veo la pantalla y suspiro – ¿Alo?

¡Hola preciosa! – escucho del otro lado del teléfono. Lola.

Recuerda que estaré en tu casa para comer y después ir de compras, una cita te espera. – me atormenta, por un milésimo de segundo estoy tentada a negarme, esto de la cita a ciegas no me gusta, que tal si sale un loco obsesivo (otro, pienso con ironía) - respiro profundamente.

Lola mi cabeza me va a matar dormiré un poco más ok, te veo más tarde, te amo – siseo – adiós (bostezo)

Adiós preciosa – Suelta una carcajada que puedo escuchar de fondo.

Bufo… por fin.

 

 

 

 

 

TRAVIS

Jugando con el cigarro entre los dedos, toma su encendedor y lo prende. Toma una calada larga viendo a través de las persiana de su oficina, todos afuera trabajando en el taller. Anoche no había podido dormir bien, el insomnio había vuelto hace un par de noches, pero cuando calentaban su cama el sueño tarde que temprano llegaba.

Humo salía de su nariz mientras pensaba en su próxima pelea y un pensamiento diferente surgió.

¿Quién será la chica misteriosa de hoy? – se preguntaba – y ¿cómo demonio acepte jugar a la cita ciega? – sacudió la cabeza.

Mas le vale a Lucas que esto valiera la pena o el que tendría serios problemas sería el – pensó apagando el cigarro en el cenicero del escritorio.

No era un hombre de citas, nunca había tenido el interés en cruzar esa línea.

Se sentó en su silla y prendió otro cigarro.

Vio el cigarro y observo el humo grueso salir.

Siempre había cuestionado la relación de pareja, encontraba aburrido el dormir con la misma mujer todas las noches por un largo tiempo, ¿Dónde estaba la diversión de explorar?

La idea nunca le había cruzado por la cabeza, nunca había amado a nadie, pero sabía que el día que lo hiciera sería un cabron defendiendo ese amor porque al encontrar a la mujer que cumpliera con sus sueños y fantasías, sabría que había encontrado la razón del porque venimos a este mundo, pero, era una ilusión en estos días encontrar a esa mujer que amara con la misma fuerza que realmente representa el amor.

Una palabra simple y cursi que en realidad era sinónimo de vida y muerte, pocos podían comprender eso, él se consideraba uno de ellos es por lo que el amor no era un tema que el tomara a la ligera, ni con cualquier mujer.

Nunca lo había dicho pero pensaba que amar hoy en día era efímero para todos, creían encontrar el amor en el enamoramiento, creían saber cuándo perdían la cabeza por una mujer u hombre, solo por la atracción, algo que para el era simple, el físico estaba en todo y en todos pero el amor y la pasión pura, pensaba que solo pocos habían conocido el real sentimiento y sabía que pocos habían disfrutado de él, encontrar esa mitad que ame con la misma furia, era un placer de inmortales, Amar era el sentimiento más destructivo y puro que el ser humano podría ser capaz de sentir.

el odio, solo genera destrucción…

la envidia, solo anhelo…

la alegría, un sentimiento momentáneo.

pero el amor… ese sentimiento maldito tenía todo, odio, envidia, desesperación, alegría, pasión, lujuria. Es por lo que para el no solo representaba una simple palabra, representaba la vida y muerte.

Zoe

 

Vamos pruébate este – Lola sacaba y sacaba vestidos para que me los midiera.

Estas muy emocionada, ¿no? – Pregunte mientras que solo Lola se reía de mí, era tan desesperante esta situación, Corina me las pagaría, de eso estaba segura.

Sabes bien que sí, hace tiempo que no tienes una cita, Zoé. – siseo mientras sigue buscando entre prendas el vestido para hoy.

¡Aquí esta! – Sus ojos brillaban de alegría – Pruébatelo - me lo entrega.

El negro te sienta muy bien. Este vestido con unos zapatos rojos, te harán ver del infierno, la reencarnación de Lilith – afirmo.

El vestido abrazaba mi cintura, lola no tenía mal gusto.

Veo mi reflejo en el espejo.

 Mis ojos se ven mas oscuro que la noche con el vestido. Mi cabello se pierde por su color entre la curva de mis caderas. – lo veo al curvarme de lado a lado.

¿Qué te parece? – Salgo por la puerta.

¡Wow! Date una vuelta – señala con su dedo. Camino descalza hacia el espejo grande de marco dorado sobre la pared del centro del probador.

No me equivoque amiga, ese vestido cruzado con olanes, te queda perfecto. – sonríe, se coloca detrás sosteniéndome por los hombros y nos vemos a los ojos a través del espejo, - No importa todo lo que sucedió antes Zoé, disfruta, te lo mereces.

Gracias – suspiro

Vamos, terminemos aquí y vayamos a comer porque tenemos que regresar para alistarte esa rebelde melena – dice y camino de regreso para cambiarme.

 

 

 

 

 

 

 

 

21:00 pm

Suena el timbre

Compruebo mi maquillaje y cabello. Lola logro arreglar mis ondas rebeldes, (esperaba se mantengan durante la velada)

 

Respiro hondo antes de abrir la puerta…

Fiu fiu - Chifla Corina y sonrió.

Pero Dios santo, hoy te vez más hermosa – me abraza – ¿lista amiga?

Si – susurro

Perfecto, vamos, nos está esperando Lucas abajo, te lo presentare. -

Oh, ok. – contesto, tomo mi bolso y llaves – Casi lo olvido, me esperas tantito, iré por mi labial rojo. – camino de vuelta a la recamara.

Te espero abajo – contesta y asiento.

 

Al bajar las escaleras siento la calidez de la noches. Sonrió instintivamente

Zoé, te presento a Lucas – me acerco al joven que viene con Corina y lo saludo de beso en la mejilla

Un gusto, Lucas. – Sostengo su mano con firmeza. Qué curioso – digo para mis adentros, sonrió viendo a Corina y de regreso a el

El gusto es mío Zoé, Cori me hablo de ti – lo observo. Podría entender porque le gusto a corina, Varonil y de gruesos músculos, aun así, no lo veía del todo aún.

Espero que solo cosas buenas haya dicho de mí – siseo y reímos los 3

Por supuesto – susurra sonriendo de oreja a oreja.

Camina con seguridad al auto y abre las puertas del coche para que podamos entrar, Sostiene la mano de corina para ayudarla a subir.

El camino al antro es confortable, la plática surge tranquilamente como si nos conociéramos de tiempo, obviamente quería aprovechar este tiempo para hacerle unas preguntas a Lucas para poder conocerlo más, nos enteramos de que trabaja en un taller de motocicletas, eso encajo con su apariencia de chico malo, (¿tendría algún tatuaje? digo…. Eso lo haría perfecto) aunque desde que vi la camioneta debí suponerlo. Platicamos sobre Corina, sus gustos, ella era el tipo de mujer que no encajaba con Lucas, ella es mas del tipo tranquila, una noche frente a la chimenea con una copa de vino y un buen libro. Y bueno… por último hablamos de mí, solo lo necesario, y eso era de que yo fuera médico, un detalle que Corina quiso agregar a la conversación inmediatamente cuando se entero que Lucas manejaba una Motocicleta. (mujer precavida, vale por 2, dicen).

 

Al la entrada del club hay una fila bastante larga. Caminamos por fuera de ella.

Hoy para suerte trabajaba Pablo. (mi chico favorito del bar).

Hola chulito – Saludo al morocho de ojos verdes.

Hola Doctora ¿hoy anda de fiesta? – susurra desde la puerta.

Cuantas veces te tengo que decirte que me llames Zoé, Pablo. – susurro y Lucas se acerca por detrás para hablar.

¿Crees que podamos llegar a un arreglo para poder pasar? – Agrega lucas y le da la mano sosteniendo entre ellos un billete. Pablo lo ve con recelo. (Mala jugada)

¿Viene con usted doctora? – Ve el dinero y pregunta con desagrado

Si Pablo, él es un amigo – Pude ver la incomodidad de Corina, Lucas no fue amable al dirigirse así a Pablo.

La doctora no ocupa sobornar para entra – afirma y alza su ceja, se mueve el guardia del listón para dejarnos pasar. La música esta para reventar…

Muchas gracias, Pablo – siseo con urgencia al pasar frente a él. Lucas lo ve fijamente tomándose un segundo antes de continuar. (¿Qué pasa con los hombres y su macho alfa interno?).

 

El lugar está lleno y con el mejor ambiente. El rincón salsero, mi antro favorito, es de los pocos lugares que ponen bachata y salsa correctas.

¿Desean tomar algo? – Lucas nos preguntan en tono amable pero más elevado por el ruido. Le hace señas al mesero. Dios santo y los hombres rudos – rio para mis adentros. Ha, pero yo sería feliz con uno así, no puedo negar que los moteros me volvían loca, mis amigas no entendían como podía ser médica y sentirme atraída por ellos cada vez que los veía pasar por las calles con su caravana. (tal vez mi yo interior tenia ese lado oscuro que solo en fantasías salía)

¿Va a tardar tu amigo? Pensé que ya estaría aquí – Susurra en alto Corina, tomamos asiento en nuestra mesa.

No debe tardar – Lucas nos mira de reojo, el mesero ya se encontraba a su lado.

¿Que gustan tomar? –  Se acerca Lucas a Corina y dice algo en su oído. mi amiga se sonroja y sonríe. Era el momento de desviar la mirada a la pista, no me incomodaba admirarlos, al contrario, pero no quería que me viera Corina, sabía que ella que me estaba preguntando ¿qué hacía con un hombre así?, siempre había salido con hombres de semblate serio, de trajes, e incluso mayores que ella, pero bueno… su sonrisa sincera era lo que me gustaba en ella en este momento, podía darme cuenta que el la hacia reír.

¿Zoé? – pregunta Corina. Mi atención estaba en la pista, y es que observaba que la gente estaba en su onda bailando. Ya queria pararme.

Una copa de vino estará bien para mí – digo sonriendo

Otra copa para mí también por favor, - contesta Cori – Que sea vino tinto.

Una cerveza para mí – agrega Lucas.

El mesero toma la orden y se retira. Marc Anthony ya estaba sonando en el antro, Tu Vida en la mía, como era de esperarse de mí, no pude evitar bailar desde mi asiento.

Nuestras bebidas llegaron y disfrute de su sabor.

El ambiente me estaba llegando (y apenas comenzaba una copa al tiempo) …

 

1 hora ya había pasado y el amigo de Lucas aun no llegaba, no podía espera más sentada.

Con permiso – me levanto de la silla.

la música está muy prendida y tu amigo no creo que venga – agrego y veo que Lucas sonríe apenado (No podía hacer más, tenía que ocultar mi decepción con la mejor mascara, la sonrisa).

¡Valió la pena! - comienzo a cantar – En hora buena…. Porque Valió la pena – canto y bailo, avanzo a la pista. No pasa mucho tiempo para que se acerque un morocho alto.

Durante unos minutos me pierdo en el ritmo ¡Boricua! – gritamos junto con Marc Anthony, mis caderas se mueven al son de la música.

Pude ver a varios metro a Cori molesta con Lucas, algo le estaba diciendo (Corina cuando estaba molesta parecía discutir con las manos y no con la boca)

Continúo bailando, el morocho se movía muy bien.

 

Hermanos, ¿cómo estas? discúlpame que llegue tarde. – saludo con una palmada en el hombro. Lucas tiene cara de pocos amigo y su chica igual, parece que llegue en un mal momento.

Vaya hasta que te dignas a llegar – sisea al empinarse su cerveza.

¿Pasa algo? – Agrego

¿De verdad me preguntas Travis? – apenas puedo escuchar su voz con el ruido, pero con sus gestos confirmo que algo le estaba molestando. A ¿dónde demonios me han traído? volteo a los lados, todos bailando acaloradamente.

Si, fallo la moto y me atrase un poco pero ya estoy aquí, no hagas mas problema Lucas, me disculpare – Veo a su chica ¿Qué demonios les sucede? solo llegue un poco tarde, no es el fin del mundo.

Está bien Travis – dice Lucas con tono de frustración, no la estaba pasando bien. Tendré que llamar unas amigas saliendo de aquí para mejorar nuestra noche, porque por lo visto él tampoco tendría sexo hoy.

¿Algo falta? Veo a los lados, solo esta Lucas y la pelirroja en la mesa, quiero pensar que probablemente fue al baño mi gran cita. Ajusto mi cabello, mi ropa y veo a mi alrededor, ni Lucas ni yo venimos vestido al estilo de este antro, con la chaqueta de cuero se siente el calor.

15 minutos han pasado ya, Lucas y la pelirroja hablan cerca uno del otro. Parezco idiota aquí sentado mientras me ignoran. (A la mierda)

Lucas – susurro por lo alto, se ríe con su cita.

¿Qué pasa? – grita.

No crees que algo no está bien aquí – agrego y se podía decir que estaba ya molesto, no le veía la gracia a su juego, me tenían sentado aquí como un idiota mal tercio, mientras el la pasaba bien, cuando era obvio que mi cita no había llegado.

A ¿qué te refieres Travis? – el muy cabron volvía la atención a su cita sonriendo a la pelirroja, que me miraba de nuevo, por supuesto que ella solo me estaba viendo como una mierda.

Mira Lucas, no te hagas el gracioso – me levanto de la silla, Lucas me detiene de la camiseta negra.

Cabron, cálmate y dime que te molesta, - me ve fijamente

Lo que me esta encabronando es que tú me citas en este antro de mierda para una cita de que tu planeaste y obviamente la mujer misteriosa no ha llegado. No pienso perder más mi tiempo – quito su mano de mi pecho.

¿Mujer Misteriosa? Travis, ella llego junto con nosotros – Me detiene.

Volteo para verlo y la pelirroja me ve de nuevo, ¿Qué demonios ve?

Y ¿dónde demonios esta? – la pelirroja ve a la pista frente a nosotros y sigo su mirada. A unos metros veo bailar a una mujer con un tipo muy de cerca, ¿Ella? Volteo para ver a Lucas y a su cita, el asiente en esa dirección. Los observo, sobre todo a ella, de lejos podía ver su figura, no podía distinguir bien, el lugar no tenia las luces altas pero el hombre junto a ella no podía mantener las manos lejos, eso no me agrado. ¿Como demonios una mujer que tendría una cita conmigo podía estar con otro que no fuera yo?

Llegaste tarde y ella decidió no esperar más por ti – susurra la pelirroja

¿Y tú eres? – pregunto sin voltear, no podía dejar de mirar a esa mujer de largo y abundante cabello oscuro. Odiaba esta música, pero viendo bailar a ¡MI CITA!, la música no me desagradaba, si alguien con su silueta era la que se movía.

Cuidado, Travis – Lucas me exige, no le gusto el tono que use con su cita

Corina – dice su nombre.

Tomo una larga respiración.

Travis – susurro, le doy mi mano. – Un gusto.

Igualmente – Contesta después de un segundo, toma mi mano con firmeza junto con una declaración de desaprobación en ella. (ya entendí)

Tomo asiento y saco un cigarro de mi chaqueta. Lo enciendo sin importarme si se pueda o no fumar dentro, tomo una calada. Humo grueso sale de mi nariz.

¿Quieres algo de tomar? – El mesero estaba a un lado de Lucas.

Una cerveza muy fría – contesto aun con mi atención fija en ¡Mi cita! Y con otro hombre.

El mesero no tarda nada con nuestros tragos, observo que sobre la mesa hay 2 copas de vino aparte, en una copa hay labia rojo. (La pelirroja no trae labial de ese color.)

Tomo otra calada de mi cigarro y un trago de cerveza.

Volteo para platicar con Lucas.

(Escucho una voz ronca y agitada cerca de mí.)

Esta buenísima la música – Alegremente salen esas palabras de ¡Mi cita! Volteo y un par de ojos color oscuro me ven fijamente. Muevo mi cabeza a un lado.

 

¿Te diviertes? – Tanto Lucas como Corina se sorprenden de cómo se dirige a mí el desconocido. Una media sonrisa se pinta en sus labios, puedo ver un destello brillante sobre su nariz ¿Es eso un arete?

 

Asumo que tu eres el amigo de Lucas – Orgullosa y descarada. Me agrada la amazona. sonrió

Así es, preciosa – digo con descaro, se acerca un poco más a la mesa y a mí, toma un trago de su vino sin desviar su mirada, puedo oler su aroma dulce mezclado con humo de mi cigarro.

 

Si hubieras llegado a tiempo, no estaría divirtiéndome sin ti, ahora si me permites, mi pareja de baile me espera. – deja su copa con la huella del labial rojo.

Me levanto para estar a una palma de ella, bajo mi cabeza un poco mas de lo norma para poder hablar a su oído.

Te doy una canción mas para que regreses preciosa – me enderezo y suelto el humo de mi cigarro.

No soy bueno compartiendo – agrego sin ni una sonrisa. Esto no era gracioso, ni una mujer que estaba conmigo se atrevía a dejarme para estar con otro. Me quito la chaqueta, hace un calor de los mil demonios, me coloco el cabello para atrás.

La preciosa alza una ceja y sonríe.

¡Qué demonios! Volteo para verla y Corina me ve, ella también ve lo mismo que yo, morí ahora sí. Ambos brazos (incluyendo manos) completamente tatuados, su cuello y parte de su cabeza perfectamente dibujado al contorno de su cabello.  

El maldito guapo sonríe cuando se da cuenta que lo estoy viendo detenidamente, pero es que hay que estar super ciega para no verlo, alto, musculoso y tatuado, ¡Si!, morí y fui al infierno de los hombres calientes y todo fue culpa de Corina.

Una pregunta me surgió, ¿estará tatuado completamente? – lo veo de arriba/abajo y es que no era difícil pensar en esa pregunta.

Con permiso, ¿Zoé vienes? – escucho la voz del imbécil con quien bailaba ¡Mi Cita! Me acerco más a él, no me llega ni a la mejilla. Lucas me toma del hombro, le doy media sonrisa sombría.

Bajo la mirada – Solo una más – advierto a la amazona. Ella se queda en silencio viéndome, debe estar pensado cuidadosamente que hacer y porque si yo fuera ella, lo haría, no soy del tipo de hombre que debes poner a prueba.

Se da la vuelta y regresa a la pista de baile.

Tomo mi asiento y termino mi cerveza, con el dedo le pido otra ronda completa al mesero.

¿Qué te sucede Travis? -  Lucas pregunta, pero no sabría que decirle, ni yo comprendía que me sucedió, algo tenía muy claro, ni una mujer que salía conmigo, me cambiaba por otro.

 

Zoé, Interesante nombre para una interesante mujer. – pensé

No pasa nada Lucas, nada – murmuro, Lucas no se queda satisfecho con mi respuesta, pero retoma su plática con la pelirroja.

Descaradamente bella, ha robado mi atención. Sigo a detalle cada movimiento, ella seduce la letra de la canción, una obra de sensualidad sobre la pista.

La canción termino. – Piensa bien lo que vas a hacer preciosa – pienso, podía verla, su pecho subía y bajaba.

 

Tomo lo último de mi trago y apago mi tercer cigarro.

 

¿Quién se cree que es? – pienso. Soy un tonta si caigo en su juego, para empezar, no lo conozco como para permitir que me hable así, segundo, llego tarde a nuestra cita, tengo el derecho de hacer y decidir lo que quiero hacer y con quien quiero.

Zoé, respira – pienso… 

 

Propuesta Indecente, suena, Romeo santos el rey de la bachata. Cierro los ojos y me dejo llevar, mis caderas solas se mueven, es como si me transportara a un espacio privado. Solo yo y las firmes manos que me sostienen, grande y fuertes manos, - coloco mis palmas sobre ellas- su pecho en mi espalda y su aliento en mi garganta. Mi cuerpo se enciende ante su cercanía y nos movemos lentamente al compás de la música, nadie mejor que romeo santos para seducir hasta un santo.

Tan descarada para bailar, así me gustan – susurra, e inmediatamente sé que quien se trata. Volteo.

Frente a mi esta el, alto y prepotente. Volteo a los lados buscando al Saul, el morocho bello con quien bailaba, obvio nada que ver con el que tengo enfrente pero no era algo que pensaba dejárselo saber así. Aparte que no creo que le interese, no parece del tipo de hombre que salga con una mujer como yo.

No está aquí, lo mande a volar

¿Qué? ¿Por qué?  Me pregunto, me da un oscura sonrisa. Sus manos aun sobre mis caderas sosteniéndome cerca a él. Este hombre ¿que se ha creído?

Puedes soltarme ya – susurro.

Hace un momento no parecía que quisieras que te soltase – dice en mi oído, su aroma almizclado he humo me envuelven y cierro los ojos al instante. Presiona sus dedos sobre mis caderas.

Si hubiera sabido que eras tu con el que estaba bailando, por supuesto que me hubiera detenido. – levanto mi barbilla, retándolo con la mirada

A si que ¿prefieres bailar con él? – asiente su cabeza a un lado. Tiene la mirada fuerte, no puedo distinguir su color aun, pero negros no eran.

La respiración me falta, y era como si robara parte de ella.

El fue amable conmigo y ha estado aquí a diferencia de ti que llegas tarde a tus citas, probamente debes ser los hombres que piensa que todas las mujeres estarán para cuando tú lo quieras – digo viéndolo a los ojos – pero te has equivocado conmigo.

Te dije que solo una canción mas te daba y no me creíste, no soy del tipo que comparte – sisea muy de cerca, un palmo de distancia de su cara me escudriña con la mirada pasándola por mi cara tomándose su tiempo.

Vamos - toma mi mano arrastrándome a la mesa donde Lucas y corina nos observaban.

¿Vino? – me entrega la copa llena y limpia.

 

Lucas, Corina y Zoé platican alegremente sobre la mesa, el ambiente se ha relajado al paso de los minutos y el imbécil con quien estaba ella ya no había vuelto, mi amenaza de muerte debió funcionar, ahora pensara antes de meterse con un cabron como yo.

Observo sus gestos mientras platica, de reojo me ve, ella debe pensar que no me doy cuenta. Sus labios gordos rojos me tienen hipnotizado, y esa lengua juguetona que sale en cada palabra.

Pudiera aclarar que no tengo citas a Zoé, ¿Por qué querrías eso Travis? – el pensamiento cruza, hace unos momentos cuando menciono lo de las citas, me incomodo, pero ¿por qué? Si apenas la conozco.

 

¿Bailas? - ¿Qué? Estaba hundido en mi pensamiento que no me di cuenta cuando se levantó de la mesa.

¿Disculpa? – sonríe. Perfectos dientes ¿este hombre podría tener algún defecto?

¿Que si bailas? Ya que corriste a mi pareja de baila, no pienso estar sentada en esta mesa lo que resta de la noche, así que – toma mi manos y la sigo al centro de la pista de baile

Nos detenemos en medio de la pista

No traes zapatos para bailar, pero veremos qué podemos hacer al respecto – levanta la vista de mis botas. Esos Ojos

¿Qué paso con el chico malo? ¿Te tragaste la lengua? – ríe, nunca había visto una sonrisa mas perfecta, hasta hoy. Pienso

Esto dejándote guiarme, como podrás darte cuenta, no soy de este estilo de música – susurro

¿A si? Y ¿qué estilo de música eres? – me acerca mas a ella, estaba perdido en sus ojos negros azabache y no me había percatado que tomo mis manos, coloco una sobre su cadera y otra su mano.

Rock – siseo y nos movemos lentamente

Sigue mi paso, esta bachata es lenta, podrás dominarla rápidamente, solo coloca tu mano en mi espalda baja y siente el movimiento lumbar.

¿Movimiento, que? – rio

Solo sigue mis movimientos lentamente y acércate más a mi – Descara y orgullosa, definitivo. No mi estilo de mujer, pero, me pregunto, ¿cuál es el estilo de mujer perfecto?

¿Te gusta dominar? – susurro sobre su oído

¿Disculpa? – contesta

¿Que si te gusta dominar Zoé? – susurro con un hilo, bajando de su oreja por su cuello, absorbiendo su dulce aroma.

Si te refieres al baile, si y no, domino esta parte porque no sabes bailar y si esto tengo que hacer para que me saques de esa mesa, pues lo hare. – su cercanía, podía sentirlo respirar sobre mí.

En lo personal, No es algo que deba hablar contigo. No creo que te importe. – mi voz sale en un susurro bajo. Trago saliva

¿Como sabes que no me importa? -  

No te ves del tipo de hombre que le importe como es una chica como yo – nos movemos lentamente, ¡puede bailar! casi rio al pensarlo, un rockero bailando bachata.

Y ¿qué tipo de chica le interesa a un hombre como yo? – pregunto y sujeto más mi mano, sosteniéndola cerca de su pecho.

Olvídalo… te has dado cuenta de que estamos bailando, lo haces bien – susurro. Sus penetrantes ojos me capturan, mirada misteriosa. levanto la barbilla para poder verlo mejor. Este hombre es alto, su cara clínica, limpia, sin rastro de barba.

 

¿Cómo te llamas? No puedo decir que tuvimos una cita, sin conocer tu nombre– Susurra. a esta mujer no le para la boca.

Sacudo la cabeza y le doy media sonrisa.

Travis – murmuro al final.

Un gusto Travis- dice con la sonrisa más perfecta.

 

Las luces comienzan a encenderse y puedo ver el gris de sus profundos ojos. Hombre de mirada penetrante. Ha mira, ahí está su aro de nariz. Dios santo este hombre es hermoso. Solo por eso le perdono que llegara tarde.

Lo que son las circunstancias Zoé, me digo, acabas de conocer al dios perfecto de tus fantasías e iras al infierno por ello.

El aun sostiene su mano en mi cintura.

Tose un alguien…

Travis, toma tu chaqueta, ya pagué la cuenta. Es hora de irnos. – interrumpe Lucas de la mano de Corina.

sonrió.

¿Las llevo chicas? – susurra Lucas.

Yo llevare a Zoé a su casa, es lo menos que puedo hacer después de llegar tarde. – desliza la mano de la cintura para tomar mi mano. Es una sensación calidad, sueño de unas horas (aun sigo pensando que es un idiota por llegar tarde).

Toma mi chaqueta, puede estar fresco afuera – nos dirigimos a la salida, el cabron de lucas me mira, le dejare pasar esta, es mejor ignorarlo antes de que le dé un golpe. – quiero reír, es un imbécil.

Nos detiene la pelirroja, - Zoé, ¿estás de acuerdo de irte con el a casa? – pregunta

Zoé me ve fijamente. Se toma un segundo, chica lista.

Si, no te preocupes, llegando a casa te llamo. -

Muy bien, estaré esperando tu llamada preciosa – se abrazan y nos dirigimos al estacionamiento, el joven está en su silla esperando, le entrego el ticket al valet parking, su sonrisa es indescriptible.

El ronroneo se escucha… mi bebe ya viene.

Caminamos en silencio, aun de la mano.

El vale se ve a distancia, el cabron se ve bien, no hay mejor moto que la mía. Ronronea como ninguna y sobre la carretera se comporta a la altura.

Aquí es - digo señalando mi Harley .

¿Es una broma verdad? –  sonrió, definitivamente morí y estoy en el infierno, ¿se cumplió mi lista de los deseos? – quiero reí.

Parezco del tipo que bromea – susurra desconcertado.

No me mal intérpretes, no es por eso. Me gustan las motos, pero nunca e subido a una y siempre e querido, es solo que… -

¿Qué? – pregunto

Olvídalo, Vámonos – contesta

Es la segunda vez que solo me dices olvídalo, la tercera vez, no lo dejare pasar – susurra sombríamente.

Sube en su moto y me da la mano para montarme detrás de él. Maldición, Maldición, Maldición… disimulo mi entusiasmo, pero no se cuanto mas pueda aguantar, MALDICION…. Me estoy subiendo a la moto y con este dios hermoso. MORI… ¡Si! Mori y mi cuerpo no lo sabe. (que bello sueño de hombre).

No traigo casco, normalmente no subo a nadie a la moto, para la próxima, tal vez traiga uno – dice y me guiña el ojo. Siento mis mejillas calientes, pero también estoy preocupada, no es correcto andar así en moto

No correré, eso puedo cumplirlo – añade, claramente vio mi preocupación o… ¿sabrá leer la mente? Nah, no creo.

Sujétate fuerte a mi cintura. – El motor se enciende. sonrió como lunática, esto es un sueño hecho realidad. Yo. En. Una. Moto. Siempre he querido sentir la brisa sobre mi cara.

Me ve… el maldito tiene una mirada de diversión, solo espero que sea por mi sonrisa y no una burla de mi sonrisa.

Me sujeto con fuerza. Poco a poco la moto avanza y mi corazón acelera.

Relájate, ¿por dónde vives? – le doy mi dirección y acelera, abro más mis piernas y mi vestido sube hasta mis muslos. El aire golpea mi cara y mi cabello rebelde es libre.

No me percato del tiempo, ni de donde vamos, solo disfruto del paseo. Las luces de la ciudad pasan sobre nosotros, sus colores, el aire, la brisa del mar. ¡Esto es perfecto! No comenzó como la mejor noche, pero definitivamente no termino como la peor.

 

llegamos a mi apartamento.

No esta muy lejos de mi taller – dice Travis

A ¿sí? ¿Tienes un taller? – susurro y el sonríe, mostrando sus perfectos dientes. Me guiña el ojos.

Por supuesto, ahora caigo, es de motocicletas ¿no? Lucas comento algo al respecto – agrego

Así es Preciosa – Susurra, estira su mano para que la tome, bajo de la moto.

Muchas gracias por el paseo, al final del al noche, no estuvo tan mal, ¿no? – siseo

No, no estuvo mal. – dice

Nos vemos, - me acerco a el y beso su mejilla. Solo me giro sobre mis pies y camino a la escalera del edificio, no hay numero de teléfono, no hay una promesa de una segunda cita (aunque no debería llamar esto una cita) pero así es, así fue. Es mejor no esperar algo que no pasara, siempre he sabido el tipo de mujer que soy y el tipo de mujer que esperan hombres como el, una vez me lo dejo muy claro Octavio, una lección que nunca debo olvidar. Nunca…

Frente a mi puerta oigo el ronroneo de su moto, volteo. El ya se ha marchado, mi hombre perfecto. Pienso

Gracias Corina – susurro a la nada y entro a mi apartamento.

 

Prendo la luz de la lampara, dejo las llaves en la mesita del alado.

Tomo las zapatillas y las colocolo juntos al sillón gris, primero sobo mis pies, después camino a la cocina para tomar mi copa y una botella de vino.

 

Octavio…

Fui tan ingenua cuando lo conocí, él era la promesa del hombre ideal para mí, mi primera ilusión, en esa época pensaba que sabia todo del amor, estaba segura estar enamorada de él, cuando en realidad era una ilusión, día con día me envolvió en una realidad que solo existía cuando él estaba, me hacia sentir que solo él podía quererme, solo él podía desearme y nadie más, me decía lo afortunada que era de que alguien como el me viera. Le creía, todos los días que estuve con él le creía – me sirve un poco, abrí la venta y me senté en mi lugar con vista a la calle – hoy al ver a Travis lo recordé, recordé la importante lección de vida, nunca debo aspirar a querer ser vista por alguien así, la ilusión solo te destruye.

La esperanza y el deseo te da anhelo de una realidad efímera. Una lección que aprendí, una lección que nunca debo olvidar. Hombres como Saul o Eduardo, son del tipo que solo podrían estar con alguien como yo.

Nunca se te ocurra pensar que alguien como yo podría desearte, eres insignificante Zoé – sus palabras aun estaban tatuadas en mi mente, esas fueron de los últimos mensajes que recibí del él.

Octavio aun posee esa parte de seguridad de mí, esa parte que no se si pueda recuperar.

 

Pongo el playlist. Hoy Ursive Vulpine será la voz de fondo que me acompañe. Comienza Lovers Death. Tomo un largo suspiro.

 

Un trago, después otro…

 

Algún día Octavio, algún día mi alma será libre de ti.

La primera lagrima ha salido, la primera de muchas por venir esta noche.